Cuando clamo, respóndeme, oh Dios de mi justicia. En la angustia me has aliviado; ten piedad de mí, escucha mi oración.
Hijos de hombres, ¿hasta cuándo cambiarán mi honra en deshonra?
¿Hasta cuándo amarán la vanidad y buscarán la mentira? (Selah)
Sepan, pues, que el Señor ha apartado al piadoso para sí; el Señor oye cuando a Él clamo.Tiemblen, y no pequen; mediten en su corazón sobre su lecho, y callen. (Selah)
Ofrezcan sacrificios de justicia, y confíen en el Señor.Muchos dicen: «¿Quién nos mostrará el bien?».
Salmos 4
¡Alza, oh Señor, sobre nosotros la luz de Tu rostro!
Alegría pusiste en mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su vino nuevo. En paz me acostaré y así también dormiré, porque solo Tú, Señor, me haces vivir seguro.
Notas
Una súplica a Dios
En el capítulo anterior, David imploró protección contra un ataque físico, y aquí pide misericordia al enfrentar los desafíos a su reputación. David acude a Dios porque se encuentra en apuros y es inocente de las acusaciones en su contra. ¿Cuántos de nosotros hemos sido acusados injustamente, poniendo en riesgo nuestra reputación? Recordamos que, aunque el mundo es injusto y la gente sufre injustamente, Dios es justo, y podemos confiar en que escucha nuestras oraciones. Basta con mirar al pasado para ver la obra de Dios al restaurar el orden del caos y su presencia en nuestras vidas. Esta confianza puede sostenernos ante las dificultades más difíciles.
Denunciando a los Negativos
Ahora, la situación ha cambiado, y una súplica de inocencia se transforma en un clamor por quienes se han alejado de Dios. David critica a quienes aman los engaños y buscan dioses falsos. Qué relevante resulta esto en una época en la que muchos se afanan en criticar a los demás sin importar la veracidad, mientras buscan influencia, dinero, poder o dominio. David es directo con sus acusadores, señalando sus faltas para recordarles la verdad de que quienes son fieles son apartados. Debemos ser intencionales en lo que decimos, resistiendo la difusión de información falsa o incompleta, y al mismo tiempo siendo diligentes en denunciar a quienes no siguen la verdad.
En lugar de difundir rumores y sacar conclusiones, David insta a quienes lo acusan falsamente a reflexionar sobre las enseñanzas que Dios ha dado al pueblo. En lugar de avanzar descuidadamente y sin pensar, debemos ser humildes y reconocer nuestras limitaciones y pequeñeces. No estamos destinados a luchar día y noche, sino a descansar, callar (o dejar de escribir) y dejar de mentir. El silencio no solo significa apatía o complicidad en las malas acciones; puede ser señal de sabiduría, resiliencia y paciencia. David afirma además que debemos abstenernos de atacar a otros (aunque creamos que lo merecen) y, en cambio, arrepentirnos, perdonar y liberarnos del veneno de la represalia. Más bien, debemos depositar nuestra confianza en el Señor, quien todo lo sabe, todo lo ve y todo lo es. El juicio vendrá para todos nosotros, y quienes han manipulado la verdad a su conveniencia tendrán que responder por ello.
Ánimo para los devotos
David no es el único que se siente desanimado. Muchos otros también se preguntan si la bondad finalmente prevalecerá y si el sufrimiento y la injusticia persistirán sin la resistencia ni la ayuda de Dios. David ya no habla de “yo” a sus acusadores, sino que comienza a cantar de “nosotros” y se incluye entre quienes se encuentran en la desesperación. Muchos se preguntan por qué la prosperidad no les llega, pensando en términos de valor terrenal, pero David reconoce el verdadero valor de estar en la presencia del Señor. Entiende que no se puede ser bendecido sin el Bendecido, y que el beneficio de la vida eterna no se puede obtener sin el Salvador.
Antes de que Pablo pudiera expresar su conocida declaración sobre estar contento sin importar las circunstancias y su capacidad de soportarlo todo por medio de Cristo que lo fortalece (Filipenses 4:11-13), David proclamó su gozo al seguir a Dios incluso cuando sus enemigos están a rebosar de comida y vino. Permanece contento, ya sea hambriento o saciado, rico o pobre, en las buenas y en las malas. Sin importar las circunstancias, estamos llamados a encontrar gozo en el Señor en lugar de buscar contentamiento en asuntos terrenales. No creamos nuestra propia felicidad; es el Señor quien llena nuestros corazones de alegría, y a través de esto, podemos estar contentos independientemente de nuestra situación.
Aunque David está siendo atacado cruel e injustamente, aún descansa en paz bajo la protección del Señor. De igual manera, cuando oramos y denunciamos a quienes nos atacan, debemos confiar en que la justicia de Dios prevalecerá. Dejamos que las cargas de la ira, la traición y el desánimo se deslicen de nuestros hombros y permitimos que Dios las lleve por nosotros. Sin el peso del resentimiento, la ira ni las represalias, nuestros corazones están abiertos al aliento, la paz e incluso la alegría. Podemos vivir seguros, estar en paz y confiar en que el Señor nos cuida.
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará sus corazones y sus mentes en Cristo Jesús.
Filipenses 4:7
Versos de Memoria

Imagen: Peter Henry Emerson. Paisaje de pastizales, 1890-1895. Rijksmuseum
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Invitación a la Oración

Preguntas de aplicación
- ¿De qué maneras puedes confiar más en Dios, incluso cuando no entiendes sus caminos?
- ¿De qué maneras puedes resistir el impulso de reaccionar agresivamente hacia los demás y, en cambio, concentrarte en las enseñanzas de Dios?
- ¿Cómo puedes “acostarte y dormir en paz” porque confías en la protección de Dios?
Imagen de portada: Paul Joseph Constantin Gabriel. Paisaje cerca de Abcoude, 1860 – 1870. El Rijksmuseum








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